Se ubica en la ladera que se conoce como ‘la cueva’ y cuenta con 60 metros
En la era que popularmente se conoce en Urueña como ‘la cueva’, -en la ladera que mira hacia Villanueva de los Caballeros y Villagarcía de Campos- se ha descubierto una bodega que data del año 1677 y que llevaba cerca de un siglo tapada.
El hallazgo se produjo el martes 13 de diciembre, festividad de Santa Lucía, para alegría del arquitecto Fernando Morán, que reconoce que acceder a la bodega es «un regalo increíble». Con raíces carrasqueñas, sabía de su existencia por testimonios de su familia, a la que pertenece la propiedad en la que se encuentra este «tesoro de Castilla». «Algunas de las personas más mayores sí recordaban que había una bodega debajo de un lagar así que nos lanzamos a hacer las prospecciones».
Los trabajos comenzaron el día 12 con la intención de dar con una comunicación entre el lagar y la bodega. Para ello, abrieron un pozo pero «nos llevamos cierta desilusión porque no encontramos nada». Sin embargo, «localizamos un caño que debería desembocar con la construcción que buscábamos, y tuvimos la suerte de que la maquina logró enlazar con un sillar de la bóveda». Un momento único para Fernando Morán, que reconoce que se sintió «como en una película de Indiana Jones», justo en un momento en el que «habíamos perdido la esperanza». Y es que «de no haber dado con ese punto tendríamos que haber acometido las tareas para acceder sobre una losa de piedra, algo que hubiera sido mucho más difícil».
En concreto, aparecieron dos bóvedas sobre la que pudieron crear un acceso para entrar sin dañarlas. Bajo ellas se hallaba una bodega de 60 metros cuadrados de piedra sillar labrada. Un espacio que «bonito y único que emana una enorme paz». Tan bello como la propia era en la que se encuentra también un pozo de nieve y en donde además encontraron otros elementos como un grifo de bronce o una herradura.
Fernando Morán destaca que lo ideal sería «reconstruir el edificio del lagar con el fin de crear un centro literario». Un proyecto en el que destacaría «una enorme cristalera abatible desde la ver todo el páramo, que es un lugar que representa a la perfección Castilla».