La congregación dejó el cenobio el pasado domingo con total discreción
La mañana del pasado lunes 11 los vecinos de Villafrechós amanecieron sin escuchar el tradicional toque de campanas de las clarisas, que servía para dar los buenos días a la localidad desde 1406, año en el que se fundó la comunidad de religiosas en el Real Monasterio de Santa Clara.
Se preveía que las cinco religiosas que habitaban el cenobio dejaran Villafrechós a mediados de la semana pasada, pero el mal tiempo y la nieve retrasó su marcha hasta la tarde del domingo 10, para trasladarse al Monasterio de Santa Clara de Valladolid. Los asistentes a la misa este día, que oficiaron tres sacerdotes, pudieron despedirse de ellas y desearlas lo mejor en esta nueva etapa de su vida.
La marcha de Sor María Inmaculada, Sor Patrocinio de San José, Sor Celina, Sor María Visitación y Sor Eva María era un secreto a voces en el pueblo y la comarca, aunque su definitiva salida se llevó a cabo con total discreción; hasta el punto de que muchos habitantes del pueblo desconocían la desaparición de uno de los pulmones espirituales del territorio.
Por su parte, la capilla del monasterio se ha dejado abierta para el culto del pueblo.
Más información en el próximo número de La mar de campos.