El Polideportivo Municipal registra colas que fluyeron de manera ágil gracias a la buena organización
Poco antes de las 9.30 horas de este jueves ya se generaba la primera fila en el entorno del Polideportivo Municipal de Medina de Rioseco, donde las primeras personas nacidas entre 1942 y 1951 y que están empadronadas en las localidades de las Zonas Básicas de Salud de Medina de Rioseco y Villafrechós aguardaban a recibir la vacunación contra la covid-19. Guardando las distancias, con unas vallas colocadas perfectamente para garantizar el circuito de acceso y con personal del Ayuntamiento que facilitaba el acceso y guiaba a los vecinos, la inmunización masiva ha transcurrido con total normalidad.
En la cola de acceso al polideportivo, el vecino de la Santa Espina Isidro San José tenía claro que quería vacunarse. «Tengo muchas ganas de estar inmunizado para poder tener una vida más normal. Miedo al pinchazo, ninguno, es como si se clava una aguja o un espino». Tampoco existe ningún tipo de temor a los trombos, «porque las posibilidades son casi nulas». Así pues, «hoy es un día importante, que espero de paso a regresar a la vida de antes».
En el interior, los equipos sanitarios, que se repartieron en siete espacios distintos, recogían la documentación, preguntaban por alergias, enfermedades o si se habían contagiado, para posteriormente poner la inyección de la esperanza. Antes de abandonar el Polideportivo, debían esperar unos 15 minutos para evitar reacciones adversas. También este apartado estuvo perfectamente organizado, con varias sillas separadas metro y medio, y con personal del Ayuntamiento pendiente en todo momento de las personas ya inmunizadas, preocupado por si hubiera algún síntoma derivado de una reacción.
La previsión era inocular la dosis de la vacuna a alrededor de 850 personas. El ritmo de vacunación fue ágil y la ciudadanía respondió al llamamiento, a pesar del temor en los últimos días a un posible recelo a causa de las noticias que aparecieron en torno a Astrazeneca.
En el interior del polideportivo, el riosecano Pascasio Santamaría espera en una de las sillas tras recibir la dosis. Se muestra satisfecho porque «el pinchazo no se nota nada». Un paso más para «poder viajar cuando pueda con más tranquilidad, algo que no hemos podido hacer durante el último año». A su lado aguarda el también vecino de la Ciudad de los Almirantes Vicente Ballesteros. Reconoce que «tenía muchas ganas» de recibir la vacuna, aunque «siempre existe cierta preocupación». A pesar de ello, una vez que ha llegado el momento «no tenía ningún miedo, porque puedo con todo, y si me hubieran puesto dos dosis no habría pasado nada», dice en clave de humor, a la vez que muestra el papel que le cita para la siguiente dosis, el 6 de mayo. «Ahora solo queda que personas de todas las edades puedan vacunarse y así volver a la vieja normalidad, aunque tengamos que llevar la mascarilla durante un tiempo», añade.
Hasta Medina de Rioseco llegaron vecinos desde cerca de una treintena de pueblos; la mayoría en sus propios vehículos o acompañados por familiares, a pesar de que se había habilitado un autobús gratuito, una iniciativa –de última hora- que no ha obtenido la respuesta esperada. En el caso de la vecina de Valverde de Campos María Victoria Martín llegó a Medina de Rioseco junto a su hijo. Tranquila, tras recibir el pinchazo, espera a poder salir del polideportivo. «Estoy encantada porque deseaba recibir la vacuna, así que no había ningún tipo de nervios, a pesar de que siempre se pasa por la cabeza esa posible reacción».
También llego hasta el polideportivo desde Villafrechós y junto a su marido Anastasia Espeso «tranquila y con ganas, porque queremos que esta situación se solucione»; y es que, «ya estamos algo cansados, y queremos que nuestras vidas vuelvan a parecerse a las de antes.
Por su parte, la también vecina de Villafrechós Gregoria Redondo subraya que la llegada la vacunación «ha sido todo un alivio». Tranquila, mientras aguarda en una de las sillas habilitadas a poder salir señala que tenía ganas de volver a hacer vida normal, porque tenía mucho miedo y casi no he salido de casa».
Las riosecanas Ludivina Contreras y Guillerma Ortega también acudieron al recinto. Dicen aliviadas que «estaban deseando que llegara el momento de la vacuna». Así que «estamos muy contentas, además la organización es muy buena y los sanitarios muy amables».
Hubo quien se acercó hasta el polideportivo por curiosidad y que incluso bromeó con colarse para recibir la vacuna «porque tenemos muchas ganas de que esta situación acabe, ya que cuantas mas personas estén inmunizadas mucho mejor», reconoce un vecino que aguarda en las inmediaciones del recinto.