Rafael Blanco y Eduardo Vivas ponen en marcha un servicio para que las parejas participen en el proceso de creación de sus alianzas
Rioseco Joya está de enhorabuena. El negocio, que se ubica en la calle San Juan de Medina de Rioseco cumple 30 años. Y lo hace convertido en toda una institución en la propia Ciudad de los Almirantes así como en los pueblos de la comarca. La gran variedad y la calidad de artículos de Rafael Blanco y Eduardo Vivas acaparan las miradas de vecinos y visitantes. Su premisa es ofrecer un artículo que brille por su belleza, originalidad y singularidad. Comprar en esta tienda se ha convertido en una tradición para familias enteras de riosecanos. Y es que desde abuelas a nietas han desfilado por el mostrador para renovar el joyero, hacer un regalo especial, limpiar y reparar alguna pieza que había quedado deslucida después de un tiempo sin usarla.
Rafael y Eduardo regentan este emblemático negocio desde el 25 de mayo de 1994. Los dos leoneses, reconocen que después de tres décadas se sienten como unos riosecanos más. El secreto para mantener Rioseco Joya vivo durante todos estos años: disfrutar de su trabajo y renovarse constantemente. «Hay que reinventarse cada día porque la clientela exige cada vez más y existe una mayor competencia, así que hay que estar a la última», reconocen.
Acercarse a por una joya a esta coqueta tienda es una apuesta segura. «La gente que nos visita sabe la calidad que ofrecemos», señala Rafael. Y es que esta joyería, que cuenta con taller propio, «trabaja oro y plata sin hacer mezclas de otros metales». Además, a la hora de las reparación y de preparar un diseño propio «el cliente va a quedar conforme».
Pero para ello «hay que estar a la última en las tendencias que se llevan y no quedarse anclado en el pasado». Sin miedo al riesgo y en busca de innovar Rioseco Joya puso en marcha recientemente un nuevo servicio: participar en la elaboración de las alianzas de boda y anillos de compromiso. Así pues, «las parejas entrarán al taller en donde tendrán la posibilidad de fundir y estirar el oro o la plata y realizar el grabado bajo nuestra orientación». Una iniciativa que acaba de arrancar, pero aquellos clientes que ya la han probado «han quedado encantados».
Sin duda, uno de los nuevos puntos fuertes de este espacio que con la cercanía del verano «llega una de las temporadas fuertes para nosotros», subraya Rafael. Es una época en la que «hay eventos como bodas, regresan los veraneantes y muchas personas de paso visitan la joyería». Aunque tampoco hay que olvidar otros momentos importantes «como la Navidad».
Y como no hablar de la importancia que la Semana Santa tiene para Rioseco Joya, que ha restaurado y trabajado con cofrades y hermandades para que sus medallas, varas y coronas luzcan con el mayor esplendor con la llegada de los días de Pasión.
Cada año Rioseco Joya realiza para la Hermandad de la Crucifixión del Señor unas medallas específicas que se encuentran fuera del circuito comercial. También, la Piedad confía en los dos joyeros para la preparación de este tipo de distinciones. Artículos que realizan en oro, plata y plata bañada en Oro.
Sin olvidar la elaboración de la vara de la Soledad, la cruz de la vara de la Piedad y la restauración de la corona de la Dolorosa. «Trabajos en los que la responsabilidad es máxima porque son trabajos que van a perdurar en el tiempo».
Hoy su mayor ilusión es mantener la misma rutina de sus inicios: levantar la persiana con las mismas ganas y ofrecer el mejor servico y joyas a la ciudadanía del territorio, que lleva 30 años confiando en Rafael y Eduardo para adornar su día a día con joyas únicas.