El pueblo revivió a través de una teatralización la firma de la paz entre los Reinos de Castilla y León
Año 1194. Tordehumos, villa conocida por aquel entonces como ‘Oter de Fumos’, acogía el encuentro de los reyes Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla, tras haber sido convocados por el cardenal Gregorio, Legado del Papa. En su presencia, acordaron una serie de puntos que se relacionaban fundamentalmente con la estabilidad de la frontera entre ambos reinos, ya que la que cruzaba de norte a sur por Tierra de Campos era una de las peor definidas. Es el Tratado de Tordehumos, que sirvió para poner fin a la guerra que ambos reinos mantenían desde el año 1191.
Y de nuevo, un 20 de abril, pero de 2019, la localidad revivió este importante momento histórico a través de una recreación que pudo hacerse realidad gracias a la colaboración vecinal y a la Asociación Torre del Homenaje.
Entre aves rapaces como autillos, cuervos, búhos reales o lechuzas caballeros del Reino de Castilla se daban cita en la Plaza Mayor. El primero en intervenir fue el alcalde de la villa, Agapito Bravo, que dio la bienvenida y agradeció el trabajo y esfuerzo de todos los participantes. Desde allí se trasladaron hasta la iglesia de Santiago. Poco después la figura del cardenal Gregorio aparecía junto a sus acompañantes. Entonces el Rey de Castilla se dirigió al alcaide: “Enviad una avanzadilla hasta el Viso para que acompañen a los de León hasta la villa y vos salid a la Puerta de Villarmildo y dad la bienvenida en mi nombre a mi primo Alfonso, Rey augusto de León, para luego llevar a la comitiva hasta el lugar fijado para el encuentro”.
Después, Alfonso VIII, junto a su hija, Berenguela, y el resto de acompañantes pusieron rumbo –precedidos por el Corregidor- hasta la calle Escuela para continuar por Libertad y llegar al punto de encuentro, frente a las escaleras de Las Escuelas. Allí esperaban la comitiva de León. Fue entonces cuando el Rey de León bajo de su caballo para saludar y abrazar al monarca castellano, y especialmente interesarse por la joven que le acompañaba. Así pues, años más tarde contraerá matrimonio con ella; fruto de este enlace nacería Fernando II el Santo. Algo que unió a ambos reinos para siempre, según explicó el organizador del evento José María Collazos, que de forma amena acercó al numeroso público la historia de esta efeméride.
Tras el encuentro cordial, el alcaide y el corregidor encabezaron la subida hasta la parte más baja del castillo, en donde los monarcas sellaron el tratado, que permanecerá en manos del escribano. Para celebrar el tratado caballeros de ambos reinos se batieron en un torneo en que sólo podía quedar uno. Finalmente, sería un guerrero del bando castellano el que quedaría en pie, ante el clamor de los asistentes.
“Por mandato real, se ordena a todos los vecinos y forasteros que estén en la villa que, para conmemorar el evento, asistáis al torneo de cintas a caballo que se organiza en honor de doña Berenguela de Castilla. ¡Todos a la corredera! ¡He dicho!”, exclamó el corregidor.
Así pues, después de una animada carrera de cintas los participantes disfrutaron de una comida medieval. Más tarde, Lía Corax protagonizó una exhibición de vuelo y danza con aves rapaces. Un concierto de música medieval de Il Ballerino puso el punto y final a esta celebración.