FOTOGRAFÍAS: Laura Aguado

Eladia Ares Cubero vivió ayer viernes 28 de julio una jornada que nunca olvidará. Y es que 100 años no se cumplen todos los días. ‘Yaya’ –como popularmente es conocida en el pueblo- sintió todo el agradecimiento de su gente, familiares, vecinos y amigos en un día lleno de vida para festejar su cumpleaños.

Como no podía ser de otra manera, la compañeras del Aula de Cultura de ‘Yaya’ no podían faltar a este homenaje. Así que todas las alumnas junto a la corporación municipal, vecinos, niños y niñas del pueblo se reunieron en la casa consistorial para poner rumbo hacia su casa. El sonido de la charanga Los Fogatos hizo que Eladia saliera a la puerta. Enormemente sorprendida se emocionó al ver a tanta gente. «Estamos la mitad del pueblo y la otra no ha venido porque no se ha enterado», dijeron algunos de los presentes a la mujer, que es una de las vecinas más querida. No en vano, «es una gran mujer y persona», reconocían algunos de los allí presentes.

El alcalde del municipio, Miguel Ángel Gómez, entrego a ‘Yaya’ un ramo de flores mientras que sus compañeras del Aula de Cultura también aprovecharon el momento para dar a la mujer un regalo. La encargada de entregar el presente fue Dionisia Ferrero –la segunda de mayor edad entre las alumnas-. Sin duda, algo muy ilusionante para ella, ya que participa en esta actividad de la Diputación de Valladolid desde hace 40 años, sin faltar nunca clase. Por su parte, Goya Román y Gregoria Redondo pronunciaron unas emotivas palabras en su honor.

Al mismo tiempo que la charanga interpretaba varias canciones populares, la infancia bailaba a su alrededor. Se unieron a la fiesta varias vecinas para dar paso a las pertinentes fotos junto la cumpleañera, que en ese momento disfrutaba de su homenaje desde un sillón en una mañana de mucho calor.

Pero la jornada tenía aún muchas sorpresas guardadas a Eladia. Aunque cada día acude a misa, esta vez la celebración iba a ser muy especial. El párroco de la localidad José Colinas se refirió a ella en varias ocasiones, algo que hizo que se emocionara una vez más. De nuevo la charanga resonó en Villafrechós para guiar a un numeroso grupo de personas hasta el centro cívico, en donde su familia había organizado un refresco para todo el pueblo. Allí, su nieta Judith le entregó un ramo de flores en nombre de sus hijos, nietos y bisnietos.

La celebración continuó al día siguiente con una comida familiar en la Terraza La Afición, en Villalpando.