Los seis componentes repasaron la historia del grupo

El Grupo ‘Los Zarabandos’ fueron los encargados ayer de pregonar las Fiestas en honor al Santo Cristo de la Vega de Tordehumos  en una abarrotada Iglesia de Santiago

“Muy agradecidos y a la vez nerviosos”, dijo Tomás Olandía, se dirigieron a sus paisanos en un emotivo pregón lleno de anécdotas y recuerdos

Javier Álvarez comentó que las Fiestas del Cristo “significan y evocan en nuestra memoria preparativos de todo tipo, vestimentas, ensayos, afinaciones y todo tipo de puestas a punto para pasacalles, acompañamiento a autoridades, reinas, damas y príncipes, dianas, cencerradas, vermuts, recorridos de peñas, vaquillas, carretones y otras actividades con olor a pólvora, en las que siempre se hace presente la música, nuestra Música Tradicional”.

Los miembros del grupo repasaron sus inicios en la música tradicional. Tomás se remontó a 1986, año en el que su destino laboral le llevó a San Esteban de Gormáz (Soria), en donde conoció a Alfonso  -el hijo del zapatero-, su gran “maestro y amigo”. Después, pasado un tiempo, formó junto a varios amigos el grupo de dulzaineros ‘Portón de Castilla’, que “los más mayores recordaréis, ya que tocaron en las Fiestas de las Candelas en varias ocasiones”.  Por su parte, Toño reconoció que Zarabandos ha formado parte de su vida  desde hace muchos años con “momentos y experiencias inolvidables”.

En 1992, Tomás se estableció en Tordehumos junto a su mujer e hija en la localidad. En su casa habilitó una habitación para ensayar, a donde ya acudían Emeterio, Jesu, Javi, Jose Luis Guerra, Toño…

Jesús Manrique reconoció que empezó a ensayar “por imperativo legal”. Fue en las navidades de 1992. “Nada más pasar los reyes, Tomás me presentó a mi dulzaina, una de fabricación propia sin llaves con la cual, sabiéndome tres canciones, debuté en las Candelas del 93”, explicó. Tampoco quiso olvidarse del “la llorera” cuando abrió la funda de dulzaina para ensayar y encontró la dulzaina de llaves que le habían comprado por sorpresa Tomás y sus padres.

En enero de 1994, “se convocó una reunión en Ayuntamiento para intentar crear una Escuela de Dulzaina”, recordó Tomás. Se puso en marcha durante durante unos meses un curso de iniciación al solfeo y a la dulzaina. La profesora de música era Carmen González Bartolomé mientras que el propio Tomás explicaba la parte de dulzaina. Hubo un nutrido grupo de alumnos que al menos tuvieron la iniciativa de venir. En total, 18:  Emeterio, José Eulogio, Antonio Álvarez, Javi, Jesús Mª Busnadiego, su hermana Mª Carmen, Jesús Manrique, Carlos Diego, Jorge, Mercedes y Esther Martín, Eva y Reyes Sahagún, Rosa Yáñez, Susi y Abraham Esteban, José Luis Guerra y Carlos Martínez.

Aunque  en los orígenes el grupo comenzó a tocar “solo por el simple diversión y disfrutar de la música, pronto comenzaron a surgir compromisos para tocar algún acompañamiento”, señaló Tomás. Como una formación “más o menos constituida”, tocaron en diferentes eventos y lugares.

José llegó a ‘Los Zarabando más tarde. “Recuerdo que fue en Candelas de 1995 cuando decidí que quería formar parte de esa cuadrilla”, reconoció. A la semana siguiente “me presenté en el local de ensayo y les dije que me gustaría aprender a tocar la caja y formar parte del grupo”. Acto seguido “me colgaron una caja y me dijeron, fíjate como lo hace Toño y a ver como se te da” El viernes siguiente, a la hora del ensayo, “allí me presenté con una caja que me había comprado esa misma semana y desde entonces, aquí sigo”.

“Seguramente mis primeros pasos los di caminando detrás de ellos al son de la dulzaina en algún pasacalles”, aseguró Daniel. Años después, acompañaría al grupo por varios pueblos de la comarca pero su debut llegaría de manera “un poco forzosa”. Su primo Jesu entró en su casa cuando le dijo: “vístete que te toca debutar”. Al rato “estaba en Castronuño con el bombo colgado y tocando las piezas que tantas veces había escuchado”.

Sería en 1997 cuando el grupo se constituiría de forma oficial como Asociación Cultural de Música Tradicional ‘Zarabandos’ con el ánimo de realizar actividades que aumentasen el amplio espectro cultural de nuestro pueblo y participar en su tejido asociativo.

Pero el nombre del grupo, Zarabandos, “no es casual”, afirmó Jesús. Cuando la formación salía a tocar de forma espontánea por Tordehumos, la gente mayor “nos contaba emocionada cómo les recordábamos con nostalgia tiempo atrás, cuando tocaba el último dulzainero de los muchos que había habido en Tordehumos, el señor Nicanor, apodado ‘Zarabandos’”. Y cómo recorría las calles del pueblo “caminando con una característica dificultad porque debía de tener los pies torcidos o vueltos para dentro ,o sea zambos”.

En cuanto a las actividades de Zarabandos, a lo largo de todos estos años, “han sido muchas y diversas las actividades que hemos desarrollado y en las que hemos participado tanto de carácter oficial, religioso, lúdico o solidario en buena parte de los pueblos de nuestra comarca, provincia o comunidad, así como ocasionalmente en viajes más lejanos a otras comunidades e incluso a Portugal”, comentó Toño. “Haciendo memoria, nos salen casi 50 pueblos en nuestra provincia, en alguno de los cuales hemos repetido con cierta frecuencia, donde hemos sido muy bien acogidos y nos hemos sentido como en casa, tal es el caso de Tiedra y Villanueva de los Caballeros, donde podría decir que solo nos falta empadronarnos”.

A continuación, Tomás Olandía, Jesús Manrique y Daniel Olandía Toño Busnadiego, Luis Javier Álvarez y José Luis Lobato recordaron su participación en distintas actividades.

Lobato hizo hincapié en dos encuentros de dulzaineros que el grupo organizó, en los años 1998 y 2000. Por su parte, Tomás recordó el taller de instrumentos de construcción sencilla que el pueblo acogió en agosto de  1998. En cambio, “no sabemos desde cuándo hemos acompañado musicalmente las llegadas de los reyes magos”, dijo Daniel. Pero “en nuestras memorias de actividades constan que en los años 98 y 99 acompañamos a sus majestades desde el ayuntamiento hasta la Iglesia de la Sagrada”. Asimismo, en el año 2000, “dentro de la campaña en pro de la Iglesia de Santiago, organizamos junto con la cabalgata por la calle Juan Herrero, la primera escenificación del Belén Viviente en el atrio de dicha iglesia”.

Asimismo, eventos como el Mercado Artesanal, el Día de la Bici, el galardón ‘Un Diez para Diez’ o la actuación en la Feria de Turismo de Interior (INTUR) fueron otros de los eventos que quisieron recordar.

Finalmente, el grupo animó a los asistentes al seguir defendiendo sus tradiciones, “que son muchas, a seguir transmitiendo nuestro folclore, que es muy rico y variado, y sobretodo invitaros a seguir siendo como ha sido siempre la gente de Tordehumos, gente hospitalaria, que sabe divertirse y disfrutar de la fiesta llenando las calles de alegría”, comentó Javier Álvarez.