Como cada 8 de diciembre la comarca de Tierra de Campos zamorana, con Villalpando a la cabeza y los otros doce pueblos que pertenecían al señorío de los condestables de Castilla, avalaron el Voto Villa -Quintanilla del Monte, Cotanes del Monte, Villamayor de Campos, Tapioles, Cañizo, Villar de Fallaves, Villárdiga, Prado, Quintanilla del Olmo, San Martín de Valderaduey, Villanueva del Campo, Cerecinos de Campos- y refrendaron una profesión de fe que sitúa el templo como el escenario del primer Voto del mundo.
Los herederos de aquellas gentes de Tierra de Campos perpetúan así la proclama de sus antepasados. Y tal y como se representa en el cuadro pintado por Antonio Pedrero que cuelga en una de las paredes del templo de San Nicolás. Precisamente, el Ayuntamiento de Villalpando entregó hoy una réplica de esta obra al nuncio del Papa en España y Andorra, Bernardino Auza.
Minutos antes, alcaldes y representantes de los 13 pueblos recibieron Bernardito Auza, que estuvo acompañado por el obispo de Zamora, Fernando Valera; y el párroco de Villalpando, Javier Fresno. El alcalde de la localidad, Félix González, apuntó que «es un día grande para nuestro pueblo y la comarca», pero en esta ocasión también «por la presencia del nuncio del Santo Padre en España». Además, aprovechó la ocasión para pedir a Bernardino Auza que recordara al Papa Francisco que Villalpando fue la cuna de su amigo Leoncio Herrero, misionero en Buenos Aires durante 40 años.
Por su parte, el nuncio reconoció que «el dogma de la Inmaculada Concepción tiene un papel central no solo en este país, también en América Latina, en donde su devoción es dominante gracias a los misioneros y a España». Sin olvidar a su país, las Islas Filipinas, en donde «hoy también es un día de fiesta».
Tras la recepción oficial, la comitiva se dirigió a la iglesia de San Nicolás, el mismo templo donde se juró el voto inmaculista en el siglo XV, se celebró la misa solemne y una procesión con la imagen de la Virgen Inmaculada por las calles de Villalpando así un auto sacramental escenificando la renovación del voto inmaculista.