Texto: SARVELIO VILLAR
Hay que remontarse al año 1973, que es cuando dos jóvenes emigrantes, Eulogio y Cecilio Lera, regresan a su pueblo y fundan una Casa de Comidas con el nombre de Mesón del Labrador, que es el origen de lo que hoy es el Restaurante LERA
A lo largo de ese tiempo, poco a poco el Mesón, se fue convirtiendo en un referente gastronómico en Tierra de Campos, donde se acercaban primero de la zona y después de toda España, comensales atraídos por su calidad culinaria.
Hasta el año 2015, en el que cambió de ubicación, y también de nombre, se fueron sucediendo jornadas gastronómicas de distinta índole pero teniendo siempre presente, en su cocina los platos de caza y de los productos de la zona. También empezaron a recibir premios por parte de clubs gastronómicos de distintos lugares y de otras entidades con guías gastronómicas como Repsol de la que tiene Dos Soles.
La cocina tradicional fue poco a poco dando paso, -con la preparación que adquirió Luis junto a grandes cocineros del País Vasco y Madrid-, a una cocina más moderna pero sin olvidar el origen. El paso a la nueva dirección que desde la apertura del LERA ostenta Luis Alberto, hijo de los Lera-Collantes, ha terminado por encontrar el premio a una labor de muchos años, desde los orígenes en el siglo pasado.
Ha sido un constante mejorar para llegar a la cumbre, y el premio ha sido doble, seguro que en consonancia con el esfuerzo realizado, pues un restaurante en un pueblo pequeño como es Castroverde de Campos, y alejado de las grandes ciudades y las vías de comunicación, muy bien lo tiene que hacer y muy buena gastronomía tiene que realizar para recibir esa consideración.
Luis Alberto, ha recibido su primera ESTRELLA MICHELÍN ROJA, por su buen hacer gastronómico, donde se combinan modernidad y tradición de una manera muy acertada, con un gran equipo profesional que le acompaña.
La Estrella VERDE, se le otorga por su compromiso con la sostenibilidad, a través de varios proyectos que pasan por la conservación del entorno, en este caso los palomares, y la creación, con otro socio de un matadero de palomas y sobre todo teniendo presente donde está su restaurante, pues afianza el trabajo para otros profesionales en una zona tan falta de iniciativas laborales ajenas a la ganadería y a la agricultura de secano.